En esta jornada introduje un componente musical. En el patio, cantamos y jugamos a la ronda de “Mi perrito policía”, lo cual permitió combinar ritmo, expresión corporal y memorización de letras. Después retomamos el juego de lanzar y atrapar con el cono, pero esta vez en pareja, fortaleciendo la cooperación. En el salón, trabajamos con bloques para construir un castillo, y les pedí que al finalizar lo describieran con sus propias palabras, fomentando la expresión oral. El títere también participó como “invitado especial”, motivando a los niños a contarle cómo habían armado su castillo, lo que generó un ambiente lúdico y participativo.
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